Trabajar como cerrajero 24 horas de emergencias: Lo que nadie te cuenta

Cerrajero 24 horas Salamanca

Ramón Luengo - Cerrajero 24 horas en Salamanca

Me llamo Ramón Luengo. Llevo más de 30 años trabajando como cerrajero, y de esos, más de 20 los he dedicado a servicios de urgencias 24 horas. Conozco bien este oficio, y puedo decirte algo con absoluta claridad: trabajar como cerrajero de emergencias no es para cualquiera.

Cuando eres cerrajero de emergencias, no hay horarios

Lo primero que aprendes es que el reloj deja de importar. Puedes estar cenando con tu familia, viendo una peli o durmiendo profundamente. Suena el móvil, y ahí vas. No importa si es lunes o domingo, si es Año Nuevo o si estás enfermo. Las emergencias no esperan.

He salido de casa a las 2 AM en pleno diciembre, con temperaturas bajo cero, porque a una señora se le partió la llave dentro de la cerradura al volver de una fiesta. He tenido que ir a urbanizaciones apartadas a abrir coches en mitad de la noche. Y sí, muchas veces no sabes ni qué te vas a encontrar.

Cerrajería 24h: Clientes nerviosos, situaciones tensas

El 80% de los servicios de emergencia implican a alguien con estrés, ansiedad o miedo. Gente que se ha quedado fuera de casa, padres con niños pequeños encerrados dentro, robos, intentos de ocupación, puertas reventadas.

Recuerdo una vez que me llamaron porque una pareja mayor no podía entrar a su piso. Al llegar, el señor estaba pálido, y me confesó que su esposa necesitaba medicamentos y ya llevaban casi una hora en la calle. Abrí la puerta en 10 minutos. Me dieron las gracias entre lágrimas. Es en esos momentos cuando sientes que tu trabajo realmente importa.

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Pero no todo es así de emotivo. También te encuentras con gente agresiva, clientes que creen que los vas a estafar por cobrar un servicio a las 4 de la mañana, o situaciones donde hay que abrir puertas con la policía al lado por violencia doméstica. No es solo abrir una puerta: es saber manejar personas y emociones bajo presión.

Técnica, rapidez y cabeza fría

Cuando trabajas en emergencias, tienes que ser muy bueno en lo que haces. No puedes tardar una hora en abrir una puerta, y tampoco puedes hacer destrozos innecesarios. La rapidez y la precisión lo son todo.

No solo trabajas con cerraduras. También tocas puertas acorazadas, cerraduras electrónicas, bombines antibumping, vehículos, trasteros, cajas fuertes... Tienes que estar al día, invertir en herramientas de calidad y aprender cada día.

Y algo importante: cada situación es diferente. No hay dos cerraduras ni dos clientes iguales. Tienes que improvisar, evaluar rápido y elegir la mejor solución técnica sin margen de error.

El dinero está bien, pero a un precio

Sí, no voy a mentirte: los servicios nocturnos de cerrajería y de emergencia se pagan bien. Puedes ganar bastante más que un cerrajero "de horario normal". Pero también pagas el precio: estrés constante, poca vida personal, sueño alterado, cansancio acumulado.

Algunos meses facturas como nunca, pero otros son más tranquilos. Es un trabajo muy inestable. Si buscas rutina o estabilidad, este no es tu camino.

Cosas que nadie te dice al empezar como cerrajero de emergencias

Te voy a contar algunas verdades que me hubiera gustado saber antes de dedicarme a esto:

  • Te vas a sentir solo: muchas noches estás tú, tu furgoneta y el GPS. A veces ni hablas con nadie durante horas.

  • Te convertirás en psicólogo improvisado: hay clientes que solo quieren que los escuches un rato mientras arreglas el problema.

  • La seguridad es clave: no sabes si la persona que te llama es realmente el dueño de la vivienda. Hay que pedir documentación o actuar con cabeza.

  • Vas a ver de todo: desde casos tristes hasta situaciones incómodas. Esto no es para sensibles.

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¿Recomiendo el trabajo de cerrajero 24h?

Sí, pero no para cualquiera. Si eres resolutivo, te gusta trabajar con las manos, no te asusta la incertidumbre y tienes vocación de servicio, este trabajo te va a llenar. Pocas cosas son tan satisfactorias como ayudar a alguien en un momento crítico y ver su alivio cuando logras abrir la puerta.

Pero si valoras tus fines de semana libres, el sueño continuo o tener planes estables, te costará adaptarte.

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